El sol nos abandonó, y las inundaciones aparecen en el territorio nacional. Días y noches de lluvia y frío. Supongo que me tendré que preocupar si llegamos a las 40.
Bueno, yo sé que lluvia tiene su encanto. Su saborcito a Casablanca, todo en blanco, negro y gris. La niebla. "Siempre nos quedará París". O tal vez Clark Gable, saliendo a la lluvia y a su destino con el bigote intacto, mientras le dice a Scarlett: "francamente, querida, me importa un comino".
Sí, veo demasiadas películas viejas. Y extraño el sol.
Tengo 8 años y es la semana de Navidad. Ha llovido durante varios días y en las tardes puedes ver amenazantes nubes negras acercándose. Ha sido una época difícil, y mi casa está silenciosa. El dia 25 de diciembre, me levanto con las campanas de la iglesia de la esquina, y el sol entra por la ventana, haciendo dorado al polvo del ambiente. Todo va a salir bien.
Tengo 12 años y es un atardecer del primer día de vacaciones. El sol de julio se esconde detrás del Pichincha y el cielo cambia de colores: azul, dorado, naranja, violeta, negro azulado. Yo me quedo largo rato acostada en el patio, viendo el cielo, perdiendo el tiempo sin ningún empacho.
Tengo 17 años y espero salir del colegio antes de perder la cordura u optar por el asesinato masivo. Una noche, sueño que me despierto de un buen sueño, y que afuera un árbol de manzanas verdes brilla bajo la luz del mediodía.
Tengo 21 años y estoy en el parque de la universidad. El viento de verano mueve las copas de los árboles y estamos conversando y riéndonos. Miro al cielo (azul imposible) y una hoja se escapa de una rama, gira lentamente y cae despacio, despacito, sobre la hierba. Guardo la hoja en las páginas de un libro. Aún sigue ahí.
Tengo 26 años y camino por la Avenida de Mayo de Buenos Aires, durante el verano austral. El aire es cálido y no quema. Son las siete de la noche, y el sol parece tener jornada extendida y muchas horas extras por trabajar. Entonces (ahí, entre los edificios viejos y los árboles adormecidos por el calor), la luz tiene un tono ámbar, mandarina, que me sugiere días tranquilos y recuerdos de algo que nunca me pasó, pero que no puedo olvidar. Esa luminosidad se cuela entre las ramas como una promesa, como una esperanza. Tal vez, incluso como la fe.
Bueno, me puse seria. No sé, creo que me hacen falta días de sol. Siempre me hicieron falta...
En fin, pasando a las notas al pie, he aquí, casi a la medianoche del 28 de febrero, la versión 2.0 de Por los cristales que mires, producto de mi insomnio. Algo se apoderó de mí, y según lo anunciado cambié la apariencia del blog, y puse una lista de enlaces que continúa en trabajos. No tengo, eso sí, ni photoshops ni todas esas cosas de diseño que tiene la juventú de ahora. Debo conseguirlas, con lo que probablemente existan más modificaciones.
Al final, resulto adictivo el asunto del blog.
Bacán.
9 comentarios:
Quito es tierra de Luz y Agua. Es hija de Mama Colla y Taita Inty. Pero es sitio para poder cicir y morir en paz. Esto de crecer, realmenteb se ha vuelto más complicado de lo que creíamos
Está lindo tu blog, tu post, como siempre, hermoso; cargado de nostalgia y esperanza, como tú.
Niiiiceee template, jeje...
Y pues yo disfruto tanto del sol como de la lluvia, mientras no sea mucha ni muy poca. Ay, ya me hice bola.
Besos.
(insértese cepillada)
Ya en serio, mujer, qué alegría ver que te modernices y le dejes tan chulo a tu blog. Me gusta mucho.
PS: ya puse las fotos de lo de anoche en flickr, hay un link en el último post de mi agenda, digo Blog.
Y en serio, keep up the good work. Me encantan tus descripciones a lo Yoshimoto :D
Tu descripción de Buenos Aires, me recuerda a lo que siento cuando estoy ahí... no sé por qué, pero para mi Bs As es sinónimo de tristeza...
Me encantó este post serio :)
Un beso, Gil!!
... el sol... rayos de sol... cuando exploro en lo más profundo del laberinto de mi memoria, me doy cuenta de que la luz del sol está atada a momentos de una nostalgia tan sutil que me llevan a dudar si acaso son parte de un sueño... o si solo soy yo...
... me queda una mejilla húmeda, el eco sonoro de un beso, dos lágrimas ajenas en mi chompa, una voz que a la distancia susurra "te quiero", y la luz del sol que, al compas del viento, lentamente levanta del suelo polvo y mis anhelos...
Hoy, terminando ya el invierno aca en el Hemisferio Norte, los rayos de sol nos dieron en la cara, y un fuerte viento nos trajo recuerdos del Quito que extraño con su cielo azul.
Cuando llueve por aca, es un sentir diferente. Por alguna razon no me recuerda los aguaceros de la capital. Esta tierra mojada mas bien me huele a soledad.
Cuando cierro los ojos y recuerdo la lluvia de Quito, me recuerda a llegar tarde a la U, por el inmenso trafico, el llegar estilada al trabajo despues de caminar a mi lugar de almuerzo, y me recuerda a abrazos sentidos bajo un paraguas, juntos cantando tan enamorados...........
mmmm como nos cambia la vida, despues de contar tantas estaciones pasadas....
el sábado 8 de marzo te esperamos en la casa de mi tocayo... ya mande a prepara el hornado!!!
TENDREMOS que preocuparnos, mi cuerpo es muy raro y aun si para los demas hace algo de calor yo sigo fresco o incapaz de sentir el sudor, el problema viene con el frio.
Creo que el infierno sera mi paraíso si es que voy alla n.n
Yep el blog es adictivo aunque yo soy un diseñador vago que no tiene ganas de ponerle al menos una cara sonriente a su cabecera T.T
Suerte y espero para ambos que el sol salga nuevamente y toste a algunos que se quejan mucho de el n.n
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