martes, 10 de marzo de 2009

Adios Nonino (una ovación de pie para un mago)

Miren, he estado alejada de este oficio del blog desde hace algún tiempo. Le he echado la culpa a las cosas de la vida, a las cosas del trabajo, a las cosas del estudio y a las cosas de este viaje que me ha alejado, pero que al mismo tiempo me ha reconstruido de a poco. Cosas que hoy son ínfimas.

Hoy no se trata de mí.

Hoy me enteré que el el mundo perdió un Mago. Por locuras de la vida, este Mago y yo compartimos un paréntesis maravilloso: un Allí que siempre tengo en el corazón. El Mago (anteojos, sombrero, cayado) creó un reino en ese lugar. Lo pobló de personajes, condes, trucos, ventanas, malabares y animales exóticos.

Hoy, me enteré que el Mago hizo una reverencia y se fue sin decir adiós. Materializó unas monedas de la nada y cruzó la laguna.

Como buen prestidigitador, sé que él logrará que la energía se transforme y no se destruya. Sacará un as de la manga y estará esperando. Allí. Allí.

Todavía no aprendo a hacer malabares, Mago. Todavía no sabes lo importante que fuiste (y eres) para mi historia. Para la de todos los que vivimos en nuestro Allí.

Tengo una canción para ti, Mago. Muy escuchada, muy usada, tal vez. Sin embargo, representa perfectamente ese hogar que tuvimos fuera del tiempo. Un sitio en el que siempre estarás para mí. Tú puedes visitarlo si quieres, y si tienes tiempo.

Adiós Nonino. Buen viaje.