jueves, 13 de noviembre de 2008

Euskera, gigantes... kalimotxo (s)



Según leí una vez hace mucho, mucho tiempo, los gigantes habían creado y traído el euskera a los vascos antiguos. El idioma tendría unos tres mil años y ha resistido a todo tipo de invasiones linguísticas (sobrevivió al Imperio Romano y al Latín, ni más ni menos). Es un idioma fuerte, con predominio de la k, la z, la e, la x, y consonantes imposibles como la tx y la tz (suenan a "ch"). Al principio, parece un idioma de otro mundo. La gente de acá lo habla tanto que a veces se les olvida el español. De hecho, al inicio me quedaba embobada escuchándolo en el bus (ni el cambio de continente y hemisferio me ha quitado la mala costumbre de andar espiando descaradamente a mis semejantes).


Señores, debo aprender euskera; es una máquina de idioma.


Hasta ahora he aprendido unas pocas palabras... Eskerrikasko (gracias), Ogni Etorri (Bienvenido), Garagardo (cerveza, ya lo dije... pero es una palabra que merece repetición), Ikastetxe (Colegio) laguna (amigo)...


Verán, esto va a sonar como propaganda de Lonely Planet, pero les juro que para mí esta lengua me recuerda al campo, al verde, al bosque. Los vascos eran montañeses, vivían en fuertes grupos familiares y con el paso del tiempo se abrieron al mundo. No hay que confundirse, eso sí, con los estereotipos. Esta gente te recibe con todo. Disfrutan de la comida y la bebida de una manera que no he visto hacerlo jamás. Experimentan cada minuto como si fuera el último, y cada sentimiento como si nunca más fueran a sentir otra vez. Al final, viven la vida profundamente. Hablan fuerte, para que no queden dudas de sus palabras.


Ando con el miedito a que estos posts sobre tierras vascas suenen a cuadro costumbrista decimonónico. Espero que no sea así. En todo caso, si el tono es el mencionado, o si encuentran horrores gramaticales y ortográficos dignos de asesinato a la autora, por favor, considérese al Kalimotxo que traigo entre pecho y espalda (vino con coca cola... la verdá es que no no sé si fueron uno o algunos más. Detallitos, compañeros).


Supongo que necesitaba hacer una mini introducción al sitio en el que vivo ahora. De repente, la vida me cambió y estoy en otro continente, en un sitio donde el habla es extraña, la comida viene en proporciones descomunales, y donde jamás hubiera pensado que iba a terminar. Nunca digas nunca, nunca trates de imaginar que vas a hacer el siguiente mes. He ahí la lección de todo ello.


Agur, lagunak. No más kalimotxos pa mi. No por esta noche, a menos.