domingo, 2 de septiembre de 2007

Érase una vez un blog que no quería ser...


Y un día, decidió serlo.

Y sí, los blogs se interponían en mi camino, siempre que intentaba googlear algo, sea un simple nombre propio hasta alguna pretenciosa entrada sobre algún difunto filósofo francés requerido por la universidad. Ahí estaban, multiplicándose como la peste negra, miles de personas contándome chismes y diretes, y en algunos casos meras paparruchas, referentes a ese simple nombre propio o a las barrabasadas del mencionado y occiso franchute.

En fin, un día, comencé a leerlos. Aparecieron, y me di cuenta que bueno... Algunos no estaban mal, de hecho, empecé a disfrutarlos. Y luego me vi poniendo algunos en mi carpeta de favoritos ¡Y OH DIOS MÍO, ME DI CUENTA QUE HABÍA CAIDO EN LAS REDES DEL ENEMIGO, MALDITO SÍNDROME DE ESTOCOLMO!.

Espero, Internet, que estén satisfechos.

Así, que, usando el viejo lugar común de casi toda teleserie doblada al español, si no puedes con ellos, únete a ellos. Ahí tienen, he aquí el resultado de sus entradas, y sus agudos comentarios. Este, señores y señoras del Internet, es un blog sobre ver, sobre las miradas, y lo que visualmente impacta. Créanme, años de usar anteojos (aunque los alterno con lentes de contacto y la supuestamente milagrosa operación del Lasik me hace, literalmente, ojitos), me han hecho demasiado conciente del hecho de ver. Estudié comunicación y literatura, y me interesa la multiculturalidad, y la manera en que nos vemos, la forma en que sé que tú eres tú y yo, pues bueno, soy quien soy.
Y me gustan las cosas bonitas. C´est la vie.
Por el momento, ando buscando unos nuevos lentes para ver el mundo en el que vivo. Así como desde los siete años he cambiado ese par de vidrios que me cuelgo de las orejas para poder ver, así he cambiado, con el paso del tiempo, las miradas que tengo para este loco devenir de las cosas, en el que un día nos encontramos y decimos: "¡Changos!, ¿y ahora qué carajo hago?".

Y para saber que hacer, hay que mirar bien, ponerse los lentes y fijarse por donde se camina, pues cualquier rato puedes caerte, o, si tienes suerte, llegar a un buen lugar. Mientras tanto, puedes mirar el panorama e ir recogiendo cada detalle para no perderte de nada, mientras el sol brilla en tus gafas.
Y con esto, gente del Internet, empieza este relajo. Si así lo deciden, Enjoy.